Friday, January 21, 2011

EL ZOCO DE LAS SEDAS



¿Recuerdas que traía mínimos caracoles,
con cera de cardamomo sujetos al cabello?


Me tendrás presente
aunque a tu lado no viaje,
porque habré sido aquella
que se cruzó contigo
entre los idus de marzo
en el zoco de las sedas.


la que dijo despacio
-sígueme extranjero-
sabiendo lo inevitable:
alojó tu lengua,
reptó tu espalda,
ensalivó tus índices,
sostuvo en tu boca
el tatuaje de sus senos,
agonizó tu cintura
en el cepo de sus muslos.


La que dijo despacio
-cuídate extranjero de la hija de Leda,
de vestales huérfanas,

de silentes sirenas
.-


¿Recuerdas que traía mínimos caracoles
con cera de cardamomo sujetos en el pelo?

Sunday, January 16, 2011

EL REINO OSCURO


“De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne;

de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre.

Únicamente masa de maíz entró en la carne del hombre”

POPOL VUH

EL REINO OSCURO

Padre de la Mazorca,

Antiguo Padre del Maíz,

Han roto tus inflorescencias,

Quebrantaron el sello de tus células,

Violaron el santuario de tu núcleo,

Trasgredieron tu sacra alquimia,

Alteraron tus códigos auríferos,

Tu rubia leche de estrella nodriza.


¡Reyezuelos, Monarcas de lo oscuro,

Apostando a la taba el milagro de la vida!


Padre Maíz, guardián de los pobres,

Guardo de ti un puñado intacto,

Una mínima cosecha de oro puro,

Al morir, quiero llevarte conmigo.


Porque un día, después del fracaso,

Cuando la liturgia astral se recupere,

Tal vez, desde el polvo de mi osamenta,

Reverdezca tu prodigio en el surco,

Y retorne a la mesa de la desdicha,

Tu pan de esperanza entre los hombres.

Saturday, January 08, 2011

SIN CENSURA


Te incorporas,
irrumpes todo gesto cotidiano:
alzar una copa,
atravesar esquinas,
transitar bajo lluvias.

Me sumerjo en hangares,
estaciones ferroviarias,
hojeo textos, periódicos,
acomodo mis gafas.

Cruzas navegante
tras acuarios escaparates,
enloquecido por alcoholes,
como árbol de fuego
traficas con el humo
en cafeterías y vestíbulos.

Traspasas puertas giratorias,
salas de embarque,
aulas de exposiciones.

Viajas la noche de los puentes
inclinas sobre el agua tu vanidad de paraíso.

Ángel sonriente
posas para rastreadores de catedrales,
en el atrio de los graves serafines.

Todo se abrevia,
se disgrega,
se evapora.

Sólo tú, única censura
donde las tijeras no funcionan.

Tuesday, January 04, 2011

SALMO DEL ELEGIDO



En los umbrales de tu nombre

un argonauta contempla,

Entre vuelos migratorios

una flota de navíos;

Augura parabienes a tu estirpe.


Tus ancestros dictaminan:

Perdurarán tus razones,

Puras como la sal y el agua,

Estableciendo la ancha liturgia

de las espléndidas rutas y el rocío.


En la luna de tu frente,

Un siglo de plenitud presagia

la arcana emperatriz de las barajas

Y te corona con pétalos y símbolos,

Bajo la opulenta sombra

del más anciano de los olivos.


Una gitanísima caravana

se detiene en tu comarca,

El rey de los trashumantes,

Declara como rotundos y ciertos

los dones de tu bondad

y le regala a tu garganta

un sacro sistro de cristal.


La Sibila de las palmas

subraya la línea de tu vida,

Anuncia tiempos favorables:

Serás agasajado bajo las tiendas,

Vendrá una mujer vestida de bodas,

A deshojar junto a tus sábanas

su túnica más bella.


Los astrólogos sentencian

en la vasta llanura de tus sueños,

Una conjunción propicia,

Observan esa avenida láctea

que va de tu corazón a tu cabeza,

Con firmeza instan astros huidizos,

Alteran órbitas de cometas ebrios.


En los capiteles de tu nombre

sobrevuelan águilas reales,

En los vallados florece

el báculo de los peregrinos.

Desde sus ojivas caen los miedos,

Como una sola llovizna verde.

Monday, January 03, 2011

UNA INTERMINABLE HILERA DE CORDEROS (fragmento)


En gajos de neblina se diluyen sus hocicos.

Como un sello de belladona, un escarabajo de jade,
cae sobre mis párpados el trebol de su aliento.

No más claustros azules.


En los labios de la noche
hay peldaños de atropina,
hay trapecios letárgicos,
ojivas con vientos favorables,
pájaros de dulce travesía sobre abismos afiebrados.


Prisioneros en las praderas de los grandes telescopios,
fieles a mi astronomía permanecen mis corderos.


Aún lejanos
lamen las islas de mis hombros,
sus diminutas pezuñas pulsan en mi cuello.

En el lento redondel de las agujas,
giran giran con mansedumbre sus improntas.

Hay un viento de ínsulas orbitando interminable,
una niebla de revelaciones, un espeso vaho de validos,
una gota de oro desbordándose.

Me arrastran, me apuran,
sin pasporte de retorno entro al lienzo feliz de otro rebaño,
mordiendo al fin la comisura de una historia inconfesable.