Friday, November 18, 2005

DE UNA MISMA LUZ


Una misma estrella
Moja la tumba
Del degollador de carneros,
Y del que destiló dátiles
A orillas del Gran Río.
Su saliva también resbala
Sobre la nuca y los aparejos
Del distante a una jornada,
Aquel que engarzó sus anzuelos
Y se hizo a la mar con canciones
Al precipicio del alba.
Su destello observó
Traficar hileras de ojos oblicuos,
Arropadas en pieles y sueños
Sobre el gran puente de Beringia.
Sus saetas sobrevuelan
Venerables ruinas,
Vencidas columnas
Mosaicos de delfines.
Ahora humedece los médanos
Donde mi padre silbó sus sueños,
Unge la dispersión del cuarzo,
Las diminutas caparazones.
Escudriña estropeadas cubiertas
Roza el abandono de los náufragos.
Ahora su índice señala
Los pasos del eco en las habitaciones,
El remolino de las hojas
Girando en los salones.
Las lágrimas que ven alejarse,
El azul carruaje del cobarde
Que dijo amar, huyendo enamorado.

Monday, November 14, 2005

EL PEZ EN LA TORRE


Un óxido de profecías
Nos persigue.

Huyan del pez
Que vuela enloquecido,
Estrellando entre muros
La mica de sus astros.

Aléjense de la torre.

Abandonen
Los jarros de tristeza.

Engendren auríferos milagros.

Sunday, November 13, 2005

LA NOCHE DE LOS ESTABLOS


En el sombrío habitáculo
De los hongos albinos,
Conocí la fruta de otra boca.

El verano iba suspenso
De su más delgada aguja.

He olvidado su nombre,
No así el tóxico de su aroma.

Humedad de adobes,
Fermento de sarmientos,
Vapor de raíces perezosas.

Ahora,
En el ancho cause del invierno,
Trafico en la noche de los establos,
Para hartarme del perfume,
Esa niebla, que desprenden los caballos,
Entonces, desde ese bisel,
Suelo retornar a la alucinógena
Estancia de los hongos blancos.